Invitaciones de boda: Aspectos de diseño y formales que debes tener en cuenta
Lo digo siempre: las invitaciones de boda son mucho más que simplemente la notificación de nuestro próximo enlace. Son la primera impresión que tus invitados tendrán de tu gran día y, como tal, tu invitación de boda tiene que ser el espejo de lo que les espera el día del evento, deben reflejar a la perfección la personalidad de la pareja y de la boda que les espera.
Las opciones que hoy tenemos para elegir nuestra invitación para boda perfecta son casi ilimitadas: miles de formatos, texturas, colores, calidades y tipografías hacen que la elección no sea fácil. En todo caso, con independencia del estilo y formato que busquemos para nuestras invitaciones de boda es imprescindible conocer los elementos que debemos considerar en su diseño: los datos imprescindibles que debemos incluir, aquellos que pueden ser opcionales, el protocolo que debemos aplicar, las reglas elementales de diseño que debemos considerar y, por qué no, los errores que debemos evitar. A todos estos aspectos espero poder dar respuesta en este artículo. ¡Confío en que os sea de ayuda a la hora de planificar el diseño de vuestra invitación de boda!
Aspectos básicos de las invitaciones de boda
Las invitaciones para boda no dejan de ser un comunicado a nuestros familiares y amigos de la celebración que va a tener lugar y por lo tanto debe incluir una serie de datos que les informen adecuadamente sobre el cuándo, el dónde y el cómo va a tener lugar. Los datos esenciales que no pueden faltar son:
- Vuestros nombres.
- Los nombres de vuestros padres.
- El lugar, la fecha y la hora de la ceremonia. Si no se deduce del lugar de celebración, debe aclararse si se trata de una ceremonia civil o religiosa. Sobre la hora de celebración, suele darse 15 minutos de margen respecto a la hora prevista para evitar que retrasos o impuntualidades interrumpan la ceremonia.
- Las direcciones y/o teléfonos de contacto de ambas familias.
- La petición de confirmación de asistencia.
- El lugar y hora de la recepción (banquete/cocktail).
Opcionalmente hay otra serie de datos que podemos añadir a nuestra invitación de boda:
- El tipo de vestimenta que deben llevar los invitados (formal, de etiqueta, peticiones especiales, etc.)
- Si hay lista de bodas o si optáis por indicar un número de cuenta bancaria, suele adjuntarse en una tarjeta adicional.
- El número de personas invitadas o si se trata de una invitación individual.
- Si no deseáis que asistan niños a la ceremonia es preferible que lo dejéis claro en la invitación.
- Mapa del lugar de ceremonia y de la recepción.
- Para aquellos invitados que no residan en la localidad donde tendrá lugar la boda, una lista de hoteles próximo donde puedan alojarse.
Aspectos formales y protocolarios de las invitaciones de boda
Aunque las reglas de etiqueta y protocolo pueden variar dependiendo del país y del tono/formalidad que queráis dar a la ceremonia, existen una serie de reglas preestablecidas que merece la pena conocer. Hoy en día suelen aplicarse fundamentalmente en bodas formales, pero aunque vuestra invitación para boda vaya a ser más moderna y desenfadada os vendrá bien tenerlas en cuenta:
- Tradicionalmente el protocolo establece que son los padres de los novios los que realizan la invitación de boda, por lo que es habitual que en la tarjeta aparezcan los nombres de los padres de la novia en el encabezado izquierdo y los nombres de los padres del novio a la derecha. Por regla general, independientemente del estado actual de las parejas de los padres, deberían figurar siempre el nombre de los padres biológicos.
- Si alguno de vuestros padres ha fallecido, podéis acompañar su nombre de una cruz o simplemente incluir sólo los nombres de los progenitores vivos.
- De los novios incluiréis vuestro nombre de pila, sin apellidos. Por lo general el del novio se coloca primero.
- Debajo se detalla primero la fecha, hora y lugar de la ceremonia y de la recepción.
- En el centro de la parte inferior de la tarjeta suele incluirse la petición de confirmación de asistencia (habitualmente utilizando la fórmula del francés RSVP – respondez s´il vous plais- o la española SRC – se ruega confirmación-) y el código de vestimenta.
- En la esquina inferior izquierda la dirección y/o datos de contacto de la familia de la novia y en la esquina inferior derecha de la familia del novio.
- Finalmente, en el inferior de la tarjeta es costumbre indicar el nombre de la ciudad y el año.
- Si los novios sois de distinta nacionalidad (y distinta lengua), el texto de la tarjeta debe repetirse en ambos idiomas (por lo general utilizando para ello las dos caras de la invitación).
- Si alguno de los novios es huérfano y la ceremonia es religiosa puede figurar el nombre de sus padrinos de bautismo (sustitutos «oficiales» de sus padres) o se puede optar por la fórmula de invitar directamente los novios sin hacer referencia a los padres.
En la imagen podéis ver un ejemplo de invitación de boda clásica, que incluye los diferentes elementos protocolarios que hemos indicado.
Los nombres de los invitados en el sobre suelen ir escritos a mano por los propios novios y debéis tener en cuenta también algunas formalidades:
- Si se trata de personas adultas, antecede el nombre con Sr. o Sra.
- Si los invitados son un matrimonio, debe escribirse el nombre del marido y a continuación la fórmula «y Sra.» (por ejemplo, Matías Fernández y Sra.)
- Si además de la pareja están invitados otros miembros de la familia (hijos, etc.) se utilizará la fórmula «y familia» (por ejemplo, Matías Fernández y familia).
- Si la invitada está separada utilizaremos su apellido de soltera.
- Si la invitada está viuda, se utiliza su nombre y apellido de soltera y a continuación la fórmula «Viuda de» (por ejemplo, Sra. Sofía Fernández Vda. de Márquez).
- Si la invitada no está casada pero vendrá acompañada de su novio, usaremos la fórmula «y Acompañante» (por ejemplo, Srta. Sofía Fernández y Acompañante) o simplemente su nombre.
Me diréis que la gran mayoría de estos formalismos están anticuados, que no se usan ya o que incluso muchos de ellos resultan machistas. Y no os falta razón. Pero también es cierto que es lo que en las bodas más formales continúa utilizándose. Dependiendo del tipo de ceremonia que queráis podréis optar ó no por utilizarlos en vuestras invitaciones para boda, pero resulta al menos interesante conocerlos.
Cuántas invitaciones de boda encargar
Una vez tengamos nuestra lista de invitados completa (incluyendo acompañantes), deberemos comenzar agrupándolos por unidad familiar y seguidamente aplicar un margen de seguridad aproximado del 10% sobre el número de invitados inicialmente previstos . De esta manera sortearemos eventuales invitaciones de última hora o problemas con invitaciones perdidas durante el envío que tengamos que volver a enviar.
Una regla aproximada es que, teniendo en cuenta ambos elementos (familias y margen de seguridad), por lo general el número de invitaciones de boda que debemos encargar será aproximadamente el resultado de dividir el número de invitados entre 1,6. Es decir, si tenemos previsto invitar a 100 personas el número aproximado de invitaciones que nos hará falta será de 100/1,6=63.
En caso de dudar, ¡encargad alguna más! Debe quedarte alguna como recuerdo 🙂
El envío
El tiempo estándar para enviar las invitaciones de boda es de unos tres meses antes de la celebración. Si los invitados tienen que desplazarse desde otra ciudad o país es conveniente extender el plazo a cuatro y hasta a seis meses.
Lo habitual es enviar una invitación por familia que comparta vivienda. Si sólo se invita al matrimonio y no a toda la familia se indicará al remitirla sin utilizar la fórmula ya comentada de «y familia«.
Errores comunes que debes evitar en tus invitaciones de boda
Para terminar, una breve lista de errrores comunes a la hora de planficar, diseñar y enviar las invitaciones de boda. ¡Espero que vosotras no cometáis ninguno de ellos!
- Calcular mal los tiempos: Dependiendo del número, complejidad y originalidad de tu invitación de boda, pueden ser necesarias entre una y tres semanas de tiempo para tenerlas listas una vez que hayas definido su diseño definitivo. A ese periodo habría que sumarle una semana al menos para elegir entre las múltiples opciones disponibles y realizar alguna prueba preliminar. Teniendo en cuenta que, como decíamos antes, la invitación debe enviarse en torno a 3 meses antes de la ceremonia, calculad que debéis empezar a diseñar vuestras invitaciones de boda no menos de 4 meses antes de la celebración si no queréis correr el riesgo de que os pille el toro!
- Este puede resultar obvio, pero creedme, sucede y con mayor frecuencia de lo que parece: Mandar preparar las invitaciones e incluso enviarlas sin tener plena confirmación de la disponibilidad en fecha y hora tanto del lugar de la ceremonia como de la celebración.
- Mandar imprimir y preparar las invitaciones de boda sin haber hecho una prueba completa previamente. Mil cosas pueden ir mal: una tinta que no combina bien con el papel escogido, una errata que no hemos identificado a tiempo en el texto, etc. Pedid que os preparen una muestra exacta de lo que queréis y revisadla al detalle antes de comenzar a imprimir las restantes.
- No deleguéis. Pedid opinión y asesoraros, pero la invitación de boda es algo demasiado importante como para que dejéis todo el diseño en manos de un tercero. Os decía antes que la invitación de boda debe ser un reflejo de la personalidad de los novios y por ello debéis involucraros en su diseño. No dejéis que otros os impongan cómo debe ser: es vuestra boda y son vuestras invitaciones de boda.
¡Es todo!
He intentado recopilar los detalles más importantes a tener en cuenta a la hora de preparar y enviar vuestras invitaciones de boda (¡aunque seguro que me he dejado alguno en el tintero!).
Espero que toda esta información os sea de ayuda. Un penúltimo consejo: sobre todo, ponedle cariño. Con eso seguro que sale bien 🙂
Si queréis mi última idea, ya sabéis, desbloquead El detalle de Débora!
El detalle de Débora
[sociallocker]No es algo muy común, de hecho apenas conozco un par de casos en los que lo haya visto, pero es un detalle que particularmente me encanta: ¿habéis pensando en la opción de tener más de un tipo de invitación?
Una quizá para personas de mayor edad y con un tratamiento y diseño más formal y otra para amigos y gente joven a la que podáis dar un enfoque más moderno.
Os supondrá más trabajo, pero conseguiréis a buen seguro que invitados de personalidad muy diferente empaticen mejor con vuestra invitación de boda. Si no queréis volveros locos diseñando dos invitaciones, puede que no sea necesario que sean radicalmente distintas: simplemente con algunos cambios en el texto (más formal uno, más ligero el otro) y modificaciones sutiles en el diseño (quizá un sobre de tonos y colores más sobrios en una, algo más de color en la otra, por ejemplo) conseguiréis este efecto.
[/sociallocker]